Perdida en Irlanda

Para Connie, las cosas han ido según lo que había planeado durante muchos años, tanto profesionalmente como personalmente. Un día todo cambia ya que el hijo del director ejecutivo se hace cargo del negocio donde ella trabaja e impone nuevas exigencias laborales empezando por el uso del inglés. Puesto que Connie no quiere perder el trabajo decide inscribirse inmediatamente en un curso intensivo de inglés en Irlanda. Posteriormente, la mujer conoce a su maestra, Gillian, y a su compañero de estudios, Max, que actualmente se encuentra en Irlanda para visitar a su hija Amy, de 16 años. Connie pronto se da cuenta de que a su vida perfecta le falta algo más que hablar inglés.