Comer en carretera

Hoy nos vamos de sidrería muy cerquita de Donosti, donde merece la pena hacer unos kilómetros para probar su típico menú. En Astarbe, un viejo caserío por donde pasaba el camino real, el viaje arranca con varias versiones de bacalao y termina con un chuletón de campeonato. Aquí elaboran sidra desde hace varios siglos y, solo por hacer choch!!!, ya merece la pena. Bajaremos hacia Extremadura para degustar las delicias del cerdo ibérico en una venta a la que llamaron el culebrín, donde entre secretos, migas y oreja, deslumbra el mejor jamón. Por algo estamos en Monesterio, templo del ibérico y de las rutas de moteros. ¡Estos si que saben desayunar!Y ya entrando en Sevilla, el arte se derrama en la barra (junto con la cuenta). En la bodega San Rafael de Camas, no podrás resistir probar unos papelones de langostinos, poner a prueba el matrimonio de anchoas y boquerones? y. si te queda espacio, llevarte al maletero la mitad de su despensa.