23,5°, el ritme de la terra

23,5°, el ritme de la terra: La mà invisible.En este episodio se conocen las corrientes marinas y los vientos que, gracias a la inclinación de 23,5 grados de la Tierra sobre su eje, han conectado desde siempre las zonas más alejadas del planeta. De estas corrientes no solo se aprovechan los animales marinos en sus migraciones anuales, sino también las poblaciones humanas que, a lo largo de milenios han recorrido vastas distancias para instalarse en todos los rincones del mundo; 23,5°, el ritme de la terra: L'alè de la vida.El espacio descubre que, pese a su apariencia estática, la Tierra se mueve y respira como un ser vivo. El aliento del planeta se revela en ejemplos como el del Himalaya, lugar en el que la primavera convierte un entorno gélido y completamente baldío en una tierra de agricultores y ganaderos, que suben a las cotas más altas con el buen tiempo y vuelven a las tierras bajas en invierno, en un ciclo que se repite desde siempre.