La calidad del agua de una reserva cercana a St. John empeora por momentos. La compañía Evans, encargada de la gestión y distribución del agua, no responde como debería a las demandas de una planta potabilizadora y la población está harta. Unos jóvenes activistas que luchan por sus derechos, cansados de protestas pacíficas, deciden dar un paso más y entrar en la fábrica para lanzar un mensaje claro a los directivos: no se rendirán. Ahora bien, la acción tomará un giro inesperado que requerirá la intervención del inspector Hudson y su equipo.