Recuperando los fogones tradicionales vamos a regresar al pueblo altoaragonés de Riglos, donde llama la atención su conglomerado rocoso. Allí, bajo las grandes moles pétreas, se encuentra la acogedora Casa Roseta, donde Silvia, ayudada por Montse, nos va a preparar unos exquisitos Caracoles con ajaceite. Después, Juan, en su horno de leña, nos va a hacer una demostración de cómo elabora su sabroso Ternasco de cordero criado en los ricos pastos de esta zona montañosa.