Scott y Adrianne compraron una casa con dos dormitorios, pero su hijo Taylor y su hija Trinity eran pequeños y compartieron habitación. Ahora son casi adultos y el compartir dormitorio y litera está tensando la relación entre los hermanos. El presupuesto de la familia no permite sumar un elemento más a la estructura de la vivienda; así que Drew y Jonathan han de ingeniárselas para conseguir otro dormitorio sin que mengüen demasiado los espacios comunes. Les toca a los gemelos Scott arreglar la poco funcional cocina y poner a prueba toda su creatividad.