Al casarse, Stephanie y Mike duplicaron su familia. Mike llegaba con su hijo Dylan y su hija Kayla y Stephanie traía a sus gemelas Sofía y Sienna, así que los cuatro se convirtieron en hermanos. Tratar de mantener la armonía en una familia con cuatro adolescentes no es tarea fácil; además, la casa que compraron no les sirve para la nueva situación y, para colmo, quieren acoger a un niño en un futuro próximo. Así que han contratado a Drew y a Jonathan para que reformen y hagan más funcional la cocina, el baño y los dormitorios. Esta reforma se complica al descubrir las humedades y el moho del baño y los Scott tendrán que hacer malabares para para reformar ocho habitaciones.