En Puy en Velay, la teniente Marion Cazale, de 30 años, va en mitad de la noche a la catedral para pedir un deseo en la Piedra de las Fiebres. Allí, descubre el cadáver de una joven. Está acostada, como dormida. Incluso el patólogo, tras la autopsia, desconoce la causa de su muerte. Marion, que padece diabetes desde pequeña, está perdiendo la vista. Esperando un milagro, no se lo contó a nadie. Y menos aún a su novio al que al mismo tiempo teme perder. Esta heroína discapacitada, acompañada por el capitán Martín Jiménez con perfil de rebelde brusco, no duda en ponerse en peligro para descubrir la verdad.